miércoles, 20 de noviembre de 2013

Marea

Hace ya un tiempo dediqué una entrada a la figura del maestro. Lo hice, precisamente, porque creo que la importancia del educador en la vida de un niño es casi tan grande como la figura de un padre o una madre en su desarrollo intelectual,  en su crecimiento como ser humano y en la construcción de los valores que regirán su comportamiento en el futuro.

Por eso, por el valor tan grande que les otorgo, me permito dirigirme a algunos docentes que, enfundados en camisetas verdes, han olvidado algunas cosas que a mi me parecen importantes, esenciales diría yo, para merecer el honor de ser llamado "maestro".

El primer precepto que han olvidado algunos docentes durante la crecida de la marea verde es que cada derecho conlleva un deber.. simple no? Veamos entonces, "querido maestro". Tu exiges tu derecho a la huelga. Respetado y concedido. Ese derecho, sin embargo, exige que respetes el derecho de los alumnos a los servicios mínimos y que, por supuesto, respetes a aquellos docentes y alumnos que no creen en tu causa y quieren ejercer su derecho a trabajar o a asistir a clase, sin coacciones, sin ataques, sin represalias. Ese es SU derecho, tan importante como el tuyo.

 Exiges tu derecho a enseñar en catalán.. Me gustaría que me indicases donde viene escrito ese derecho inalienable y, de existir, en que momento ese supuesto derecho eliminó el derecho de los padres a elegir la lengua vehicular en la que estudian sus hijos. Cuando una imposición similar la hizo Franco se llamaba dictadura... ¿Cómo  llamas tu a la tuya? Esos alumnos que llenan tus clases no te pertenecen y no puedes impedir, cogiéndolos como rehenes de tu huelga, que estudien la lengua oficial del país al que pertenecen. Ese derecho NO lo tienes.

Por otra parte, cobijado por ese puesto de trabajo asegurado, que sólo disfrutáis unos pocos privilegiados en este país, utilizas un espacio público y pagado por todos para manifestar, imponer y  propagar tus ideas políticas, tu proyecto lingüístico y tu forma de pensar ante unos niños que te han sido confiados para su educación en conocimientos, no en doctrinas políticas. Tu labor es enseñar a los niños a pensar y no QUE pensar. El adoctrinamiento no es propio de regímenes democráticos.

Por último , te recuerdo que tu sueldo lo pagamos todos, incluso aquellos a los que niegas el derecho a estudiar en castellano y en inglés y que, como funcionario público, estas obligado a acatar las leyes promulgadas por gobiernos elegidos en las urnas, porque ningún ciudadano tiene el derecho a incumplir las leyes porque no le gusten o no le convengan. TU, querido docente, tampoco.

¿Quieres vestirte de verde, quieres colgar pancartas, quieres poner lazos y banderas no oficiales, quieres exigir "derechos"?  Hazlo, pero hazlo en la calle, en tu casa y en tu tiempo. Los colegios son espacios de todos y para todos. Los que piensan como tú y los que no piensan como tú,los que creen en tu proyecto y los que creen en otro diferente. Por eso te pido... LA POLÍTICA FUERA DE LOS COLEGIOS!

2 comentarios:

  1. Ole, Ole y Ole, se puede decir más alto pero no más claro. Fuera la política de las escuelas y de utilizar a nuestros hijos como chivos expiatorios de una cuestión económica, nos la enmarquen como nos la enmarquen. ¿Cómo se entiende que no se le quiera dar más importancia al inglés, cuyo nivel en la isla es de pena cuando en el resto de España se está implantando cada vez más? Que va en detrimento del catalán, pero si en algunos sitios salvo la asignatura lengua castellana el resto se da en catalán, y encima algunos profesores dan esta asignatura hablando a sus alumnos en catalán, ¿qué futuro tendrán nuestros hijos fuera de este ámbito si no dominan ni el castellano ni el inglés? ¿hablando catalán? Por desgracia nuestros hijos tendrán que emigrar y no de la isla si no incluso de España buscando una oportunidad de trabajo, démosles por lo menos una buena base para que se puedan desenvolver allá donde vayan lo mejor posible y que no vayan como aquellos pobres emigrantes de los años 60 en Alemania sin poder hablar ni papa en otro idioma.

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