Hoy, a las siete de la tarde, miles de luces de Navidad han iluminado mi pequeña ciudad. Las calles estaban llenas de gente que, entre el olor a castañas asadas y los acordes de antiguos villancico, paseaban con sus hijos, sus amigos o sus perros .Las terrazas de las cafeterías estaban rebosantes de gente saboreando bebidas calientes y charlando animadamente, sin preocupaciones.
Era una bonita estampa navideña en una bonita ciudad, solo eso... y por un único instante, mágico (y fugaz) no existía nada mas.. y, el mundo era, simplemente, un lugar feliz.
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