Una vida de detalles

Ayer por la tarde, acompañe a mi hijo Juan al Pueblo español donde muchas universidades (todas privadas, of course) se reunían para dar información de sus programas.. Le vi acercarse a preguntar a los diferentes stands y me dí cuenta de que el niño al que había cuidado durante 17 años se había desvanecido ante mis ojos para dar paso a un proyecto de hombre.

Caí también en la cuenta de que, en tan solo unos meses, e inevitablemente, el camino que habíamos recorrido juntos se separaría y daría paso a un camino suyo, personal y de crecimiento, que lo convertiría en un adulto.

Pensé en la vida de pequeños detalles que, ya desde antes de nacer, había creado para él. Me acordé de la importancia que tenían entonces cosas que ahora parecen diminutas, como encontrar la crema adecuada para su culete o que se llevara el gorrito a la escoleta porque ese día hacía mas frío. Recordé las tardes en casa estudiando y los juegos entre hermanos, vestidos de superman y de spiderman, listos para salvar el mundo... y los días en que repetía tantas veces las cosas, "ponte las zapatillas, "pon la manita al lado del plato, "recoge tus juguetes"... que a las nueve de la noche no me quedaban ánimos para preguntarle a mi marido como le había ido el día. Preparar las meriendas, firmar la agenda, preparar la bolsa de deporte, pedir reunión con el tutor "a ver que le pasa a este niño que anda tan despistadillo" organizar cumpleaños.. y una larga lista de "detalles".

Ahora solo queda una preocupación, aunque gorda diría yo. ¿estará preparado para soltarse de nuestra mano y caminar solo? .. espero y confío que si, porque educar no es otra cosa que preparar para la libertad.